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Como siempre que hacemos alguna manifestación pública de nuestra opinión contraria a la independencia o bien a actos realizados a favor de ella que contradicen la Ley o la Constitución, solemos recibir críticas de todo tipo y yo, personalmente, alusiones de escasa o muy poca educación sobre ideologías extremistas de las que, por suerte, ni yo ni la mayoría de ciudadanos y ciudadanas de Catalunya y del resto de España ni creen ni siguen y contra las cuales lucharemos incesantemente ya que de la Democracia, con sus pros y sus contras, nacen todos los derechos y libertades que hacen de nosotros un país civilizado.

Rubén Viñuales, portaveu de Ciutadans a Tarragona

Pero en estos días hemos visto un hecho que supera las ideologías y creencias de cualquier persona que ame su ciudad y los monumentos que la conforman. Hemos tenido que ver como “empapelaban” con plásticos amarillos nuestras ciudades sin tener permiso alguno por parte de los consistorios o bien con la aquiescencia de éstos y su infame pasividad o, incluso, conformidad.

Nuestras ciudades son de todos, los espacios públicos son de todos y por ello, la utilización de estos espacios para fines privativos debe ser autorizada por parte del consistorio como garante del interés público y del respeto a las leyes, reglamentos y ordenanzas que forman el elenco legal que rige un Ayuntamiento, así como siempre basado en el principio de igualdad y de falta de arbitrariedad. Pero entonces, ¿Por qué tengo que ver el Balcón del Mediterráneo lleno de plásticos amarillos? ¿Por qué tengo que ver el arbolado de mi ciudad, Tarragona, con plásticos rodeándolos? ¿Por qué permite eso el Ayuntamiento? ¿Por qué nuestro Ayuntamiento de Tarragona sanciona a alguien por tirar un papel al suelo o pegar un cartel sin autorización y no lo hace con aquellos que plastifican el Balcón del Mediterráneo, incluso dándoles autorización para ello sin saber ni por cuánto tiempo, ni quien sufragará los costes, ni qué zonas se permite dicha “plastificación”, etc. ¿ Por qué se permite tal acto? ¿Creen ustedes que si un grupo de vecinos de Tarragona decidimos poner papeles naranjas por toda la ciudad nos dejaría el Ayuntamiento?

La forma de proceder del gobierno municipal es la de acción por omisión y como ciudadano de esta ciudad me avergüenzo de ver que un gobierno socialista tenga un doble rasero para sus ciudadanos, y que con su desidia permita que una gran parte de los ciudadanos de Tarragona, que seguimos sintiéndonos españoles, veamos como la Ley del silencio se impone, y que quien debiera protegernos agacha la cabeza abrumado por sus propios complejos.

Señor alcalde luche por los derechos de todos y no por las imposiciones de unos pocos.

Rubén Viñuales és portaveu de Ciutadans a Tarragona